sábado, 1 de mayo de 2010

ENERGIA UNDIMOTRIZ. EL MOVIMIENTO DE LAS OLAS.



Nuestro planeta a pesar de llamarse ‘Tierra’, está cubierto en un 75% por agua. Las olas se originan por la fuerza del viento y de ellas puede obtenerse esta energía no arraigada en España.


Posiblemente haya pensado alguna vez, bien estando en la playa o dando un paseo en barco, al apreciar el fuerte empuje de las olas, si se podría aprovechar toda esa fuerza para generar electricidad, del mismo modo que lo hacemos con el viento y el sol. La respuesta es afirmativa. Esta energía se denomina Energía Undimotriz.


La energía de las olas, o energía undimotriz, está considerada como la fuente de energía renovable más prometedora para los países marítimos. No causa daño ambiental y es inagotable, pues las olas van y vienen eternamente. Su principal ventaja, además de reducir considerablemente el impacto medioambiental ocasionado por la producción energética, es que la velocidad del viento en el océano es considerablemente más fuerte y predecible que en tierra firme y posee una capacidad de desplazarse a grandes distancias sin apenas pérdida de energía.


Por ello, la energía generada en cualquier parte del océano acaba en el borde continental. De este modo la energía de las olas se concentran en las proximidades de las costas. Y es ahí donde se colocarán los mecanismos necesarios para transformar la fuerza de las olas del mar en energía para el consumo.


Actualmente existen diferentes dispositivos para extraer la energía a las olas. Unos parecen gusanos, otros pulpos gigantes que alargan sus tentáculos hasta el fondo del mar, oquedades en tierra con compuertas, boyas amarillas... Pero el más aceptado y que más beneficios está obteniendo, es un modelo que ya implantaron Portugal y los países nórdicos. Se llama Pelamis (cobra marina, en griego). Es como un gran gusano articulado, que va amarrado al fondo del mar y produce energía gracias al movimiento de los empalmes de sus respectivas piezas.


Esta energía se genera por la fricción del viento con la superficie del agua, rizándola y produciendo un cierto arrastre. Cuando la superficie pierde su lisura, el efecto de fricción se intensifica y las olas crecen de tamaño según la dirección del viento. Cuanto más altas son las olas, mayor cantidad de energía pueden extraer del viento, produciéndose una realimentación positiva.


La obtención de esta energía para electricidad mediante el atenuador Pelamis es transferida a un sistema de cableado submarino que llega hasta la red convencional en la superficie. Toda la estructura está amarrada y anclada al lecho marino mediante cableados especiales. Cada bloque de la serpiente como comenté anteriormente, está articulado mediante una bisagra que es la encargada de generar la electricidad. En esta bisagra se encuentran unas bombas hidráulicas que con el movimiento de las olas entran en acción moviendo un fluido a alta presión dentro de un circuito, el fluido activa un generador hidráulico que produce la energía.

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